Un grupo de chicos llorando juntos, sus caras contorsionadas en una mezcla de tristeza y desesperanza, sus lágrimas fluyendo por sus mejillas mientras lamentan la pérdida de un amigo, un vínculo entre ellos que nunca puede ser roto, un recordatorio conmovedor de la fragilidad de la infancia y el poder de la amistad.
Un niño que llora sentado solo en una playa, el vasto océano extendiéndose ante él, el sol que se hunde en el horizonte, proyectando un tibio resplandor anaranjado.
Niños que lloran en fila, sus caras contorsionadas en diferentes niveles de tristeza, parados frente a un skyline urbano a la puesta del sol, con el sol que se pone detrás de ellos.
Un grupo de niños que lloran, cada uno con una expresión facial única, sentados en un banco en un parque, rodeados de hojas de otoño y atmósfera brumosa.