Una ilustración caprichosa de una niña joven rodeada de un aura hipnótica de olores coloreados y giratorios, como si fuera una hechicera olfativa experta en dispersar fragancias en el aire, con los ojos cerrados en concentración, y una sonrisa sutil que insinúa el mundo mágico que está conjurando.
La muchacha que ve olores reparte en un jardín de invierno, rodeada de plantas con flores que florecen en diferentes colores y texturas.
La muchacha que ve olores reparte en una pequeña tienda de dulces, con una mesa llena de golosinas y una ventana que da a la calle bulliciosa.
La muchacha que ve olores reparte en un mercado de flores en un día soleado de verano, rodeada de colores vivos y aromas intensos.