Dos chicos jóvenes sentados en un sofá desgastado, sus caras torcidas en tristeza, lágrimas que fluyen por sus mejillas mientras lloran la pérdida de un querido animal, sus pequeñas manos juntas en un desesperado intento por contener el dolor insoportable, la habitación iluminada débilmente reflejando la oscuridad de su tristeza.
Los niños que lloran en la playa, con el sol brillando detrás de ellos, reflejan la tristeza y la melancolía que les invade cuando se despiden de verano.
Los niños que lloran en el patio de la escuela, rodeados de amigos que intentan consolarlos, reflejan la soledad y la desesperanza que sienten.
Los niños que lloran en el parque en un día lluvioso, con sus chaquetas y pantalones cortos, reflejan la tristeza y la nostalgia que les rodea.